La exposición dedicada a Emilia Pardo Bazán en la Biblioteca Nacional - Alberto Ortega / Europa Press

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Sobre las desavenencias de la escritora Emilia Pardo Bazán -de cuyo fallecimiento se cumplen este 100 años- con su hijo, se han escrito decenas de libros, ensayos y artículos de prensa. El descontento de la gran dama española de las letras con las decisiones vitales de su hijo quedó plasmado en varios escritos y documentos oficiales, pero lo explícito, como es comprensible, quedó fuera de cualquier tipo de valoración. Por eso, no fueron pocos los usuarios de Twitter que se lanzaron a señalar la extraña descripción del hijo de Pardo Bazán, Jaime, como “señorito militar con vistoso uniforme” y “derrochador”, por parte de la cuenta oficial de la Biblioteca Nacional.

La institución pública con sede en la Castellana, casi siempre ajena a polémicas y juicios de valor, hacía efectivo el comentario en un hilo de promoción en la red social, con motivo de la exposición “Emilia Pardo Bazán. El reto de la modernidad”, que fue inaugurada el pasado mes de junio por SS.MM. la Reina Letizia y que ha sido visitada por numerosas autoridades políticas dentro del marco de las celebraciones del centenario de la escritora. “Ella quiso hacer de su hijo Jaime un intelectual”, explica el hilo de la Biblioteca Nacional, y sigue, sobre el enfado de la escritora con su hijo: “Emilia cambia el testamento para mejorar la parte de sus hijas por los gastos “injustificados” de su hijo”.

Tras la publicación del tuit por parte de la Biblioteca Nacional, el apartado de respuestas del comentario se llenó con preguntas del tipo “¿Es malo que fuera militar?” y críticas del estilo “Os ha faltado añadir que tuvo la desvergüenza de no afiliarse al PSOE” o “Entonces, ¿para la Biblioteca Nacional está bien fusilado?”. El comentario con más “likes” rezaba: “¿Qué problema hay con que fuera militar? Podían haberse limitado a comentar negativamente que era derrochador y poco amante de lo intelectual, pero lo de “señorito militar” me parece que está de más. Es una profesión como otra cualquiera, no algo negativo”.

El hilo original de tuits, publicado el pasado 11 de agosto, ya se mueve en el centenar de réplicas y “likes”, y no se espera ninguna rectificación por parte del estamento público. De hecho, desde que se armó la polémica (acrecentada por las citas críticas de cargos oficiales de partidos de la derecha), nadie se ha pronunciado acerca del uso despectivo de “señorito” militar por parte de la Biblioteca Nacional.

Fuente: https://www.larazon.es/cultura/20210815/pk7r3rrynfcclpl2obskgquk7q.html