A continuación se describen las pautas para las condiciones ideales y ambientales que debería reunir la biblioteca infantil en lo que se refiere a su localización e instalación…
- Debe instalarse en un lugar céntrico y de fácil acceso, si es posible con algún jardín próximo y en una zona de poco tráfico.
- Si está instalada en una biblioteca de adultos, la zona de niños debe estar aislada del resto, para que la presencia y actividad, siempre más ruidosa, de los niños no implique molestias para los mayores.
- Este espacio debe contar con una buena iluminación natural y también artificial, pero nunca individual; ventilación y refrigeración adecuadas y un buen aislamiento acústico.
- Tampoco debemos olvidar la estética. La decoración debe ser apropiada para la edad infantil con plantas, acuarios, carteles, es decir, un diseño y decoración atractivos que provoquen en los niños el deseo de entrar y ojear sus materiales.
Las dimensiones, en el caso de que forme parte de una biblioteca pública, han de ser el 50% del total del espacio destinado al servicio público. En cuanto a la distribución del espacio por zonas de edad, depende del espacio total con el que se cuente.
Hay oscilaciones entre lo que sería ideal para dividir las zonas de la biblioteca infantil. Nos vamos a guiar por las “Pautas de servicios bibliotecarios para jóvenes de la IFLA” para englobar el máximo de edad, (hasta los 18 años) ya que tenemos una clasificación de zonas hasta solo los 14, por tanto habría un vacío de edad entre 14 y 18 que son precisamente los usuarios que se alejan de la biblioteca:
- zonas para niños hasta 6 años (prelectores),
- zonas para niños entre 7 y 12 años (infantil)
- zona para jóvenes entre 13 y 18 años (juvenil).
(Si esto no fuese posible debería tener, al menos, dos zonas: zona para niños hasta 10 años y zona para niños entre 10 y 14 años).
Las dos áreas infantiles podrían compartir el mismo espacio, pero separado acústicamente, en la medida de lo posible, para evitar que se molesten unos usuarios a otros.
Para los usuarios más pequeños del área Infantil, la “Guía IFLA de servicios bibliotecarios para la primera infancia” establece: “Hablar, escuchar, leer y otras habilidades de la alfabetización han de ser introducidas en los primeros estadios del desarrollo”.El espacio ha de ser atractivo, cómodo y alegre para disfrutar de la estancia en compañía de los padres para lecturas compartidas o la hora de cuentacuentos.
El recinto bibliotecario debe contar con:
– Una sala de lectura con espacio para consulta y estudio (como los adultos).
– Un depósito para los fondos.
– Un espacio para el préstamo que comprenda zonas para libros, otros materiales y expositores.
– Un lugar de trabajo para el personal.
– Zonas de audiciones y visionados individuales para utilizar videos, discos, cintas, etc.
– Un espacio con ordenadores donde se inicie al niño en la utilización de las nuevas tecnologías e internet.
– Un espacio para actividades patrocinadas por la biblioteca como talleres, charlas, etc.
Los espacios han de ser amplios pero no excesivamente grandes, lo ideal es que tengan unas dimensiones equilibradas, evitar un ambiente sobrecargado ya que puede llevar al desinterés y ser conscientes de que los espacios estructurados y organizados producen rechazo en los niños.
Por lo que se refiere al mobiliario, ha de ser flexible y adaptado a las peculiares características de sus usuarios y al material que utilizan. Por tanto, a la hora de dotarlo de un mobiliario específico, hay que recordar que en estos espacios circularán tanto niños como los adultos que les acompañan, por lo que habrá que procurar que ese equipamiento resulte cómodo para ambos, se tiende a utilizar mobiliario de carácter modular:
– Las estanterias han de ser abiertas y adecuadas a la estatura infantil (entre 1,20 y 1,70 metros de altura y 4 estantes). También se ha de tener en cuenta que los libros para niños no suelen tener la consistencia necesaria para mantenerse derechos en los estantes, de ahí que muchos libros deban exhibirse en plano, por lo que será necesario mayor espacio para los fondos. La proporción suele ser de 15 metros cuadrados por cada 1000 volúmenes.
– Las mesas, es aconsejable que sean redondas u ovaladas para los niños pequeños; para el resto pueden ser cuadradas o hexagonales. La altura debe estar entre 65 y 70 cm y siempre pesadas para evitar que las muevan o las tiren. El espacio entre mesas y estanterías debe ser, como mínimo, de un metro.
– Otros materiales, todos los necesarios para la utilización de medios audiovisuales o de los ordenadores que tanto le gustan a los niños, y que hoy por hoy no pueden estar ausentes de ningún tipo de biblioteca.
Hay que facilitar la accesibilidad a la sala, pues muchos padres acuden a ella con sillas de paseo. Es aconsejable habilitar una zona para el aparcamiento de los cochecitos para bebés y evitar que éstos circulen por el resto de la sala.
A continuación hablamos del área juvenil. En lo que respecta a la misma sería conveniente que estuviera separada visual y acústicamente del resto de secciones de la biblioteca, sobre todo en edificios de nueva construcción.
Debe tener un ambiente moderno y acogedor con diseños desenfadados de forma que se convierta en un espacio social y de encuentro, en el que los jóvenes puedan relacionarse, y que a la vez facilite el aprendizaje y el flujo de conocimiento. Se trata de atraer a este público con unos espacios y servicios atractivos, que le predispongan a volver.
Se recomienda tener en cuenta para el diseño del área juvenil los siguientes aspectos:
- Crear un espacio multiforme y versátil, pensado y diseñado para jóvenes y esta etapa de crecimiento personal que supone la adolescencia.
- Será un espacio abierto a constantes cambios y nuevas ideas como la tendencia actual del mundo mediático juvenil.
- La participación de los jóvenes en las decisiones, la autogestión en algunas actividades, la posibilidad de desarrollar iniciativas les conferirá valores de igualdad, de responsabilidad y de la autonomía personal que demandan.
En toda la biblioteca, pero especialmente en el área dedicada a los jóvenes, debe existir una combinación de soportes en la que los electrónicos tengan cada vez más presencia. Hay que asignar a cada soporte un lugar adecuado dentro de la sala y dar la posibilidad de escuchar música, visionar películas o jugar con videojuegos. En este sentido, sería deseable que se contara con el mobiliario adecuado para cada tipo de soporte.
También se considera necesario que la biblioteca disponga de salas de trabajo en grupo. Espacios para el trabajo y el aprendizaje independiente donde los usuarios puedan hablar tranquilamente. En estas salas, al igual que en el resto de la biblioteca, se debe proporcionar acceso a Internet.
Por último, la nueva imagen y el concepto de biblioteca como lugar de encuentro que se pretende dar a estos espacios debe tener continuidad a través de la red, con una web que ofrezca todo tipo de recursos y que permita interactuar con los usuarios, con fuerte presencia en redes sociales, blogs, etc…
En cuanto al horario, lo único que debe tenerse en cuenta es el horario y calendario escolar de la localidad. Las horas habituales de una biblioteca infantil suelen ser las tardes desde las cinco hasta las ocho, lo que no quiere decir que no puedan prestar sus servicios durante toda la jornada.
Extracto extraído de los temarios de esta academia
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