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Cómo bien indica el Grupo de Trabajo “Bases tecnológicas para la gestión y cooperación bibliotecaria” de El Consejo de Cooperación Bibliotecaria en su informe Aplicaciones de la Web social en bibliotecas publicado en Febrero del 2013, La IFLA, en el  Manifiesto de Alejandría sobre bibliotecas en “La sociedad de la información en acción”, expresa la necesidad de “promover una sociedad incluyente basada en el derecho fundamental de los seres humanos tanto al acceso a la información como a su expresión sin restricciones, y en la que cada uno sea capaz de crear, acceder, usar y compartir información y conocimiento”…

Desde el prisma que ahora nos ocupa -la introducción de las herramientas de la denominada Web social en las bibliotecas- dos son los conceptos que especialmente podemos destacar en el párrafo referenciado del Manifiesto de Alejandría: “el acceso a la información” y, también, “usar y compartir la información y el conocimiento”.

Realmente esas han sido siempre directrices en las que se han incardinado los objetivos de las bibliotecas públicas:

  • Difundir el conocimiento
  • Usar y compartir la información y el conocimiento en la comunidad local en la que cada una de las bibliotecas presta servicio.
  • La expresión y concreción de esas directrices ha variado a lo largo del tiempo.

Lógicamente, las bibliotecas están inmersas en un contexto social, cultural y tecnológico que enmarcan de forma determinante el desempeño de su labor. En el momento actual, como conocemos, el contexto social y especialmente tecnológico está evolucionando y cambiando a ritmos cada vez más acelerados.

Gracias a las iniciativas promovidas por el Ministerio de Educación y las Consejerías de Educación de las Comunidades Autónomas, han experimentado en los últimos años importantes cambios para convertirse en un centro de recursos para la enseñanza y el aprendizaje desde el que se vertebre gran parte de la información dirigida a toda la comunidad educativa. En este proceso de cambio han ido mejorando su infraestructura e implementando las herramientas tecnológicas como ya se estudio en el tema de las TICs  con el fin de ir ofreciendo a los usuarios nuevos servicios más allá de la consulta del catálogo a través de la red.

Realmente no se trata de algo nuevo, la introducción de las tecnologías de la información y el conocimiento (TICs) en las bibliotecas es una realidad palpable e, incluso, prácticamente generalizada. Sin embargo, la introducción de las herramientas que vienen denominándose como Web social sí que supone una modificación sustancial del “statu quo” que veníamos manteniendo.

Efectivamente, hasta el momento actual los avances tecnológicos aplicados a bibliotecas se han dirigido a mejorar los procesos de gestión y difusión de los servicios de las bibliotecas. Pero, hasta ahora, se ha gestionado y difundido información ofrecida desde la propia biblioteca, por los propios bibliotecarios. Los usos de la Web social modifican de forma sustancial esa realidad.

Los servicios de Web social que se proponen introducir en las bibliotecas suponen una relación basada en la interactividad entre usuarios y bibliotecas. La información que desde las bibliotecas se va a ofrecer ya no es generada y/o ofrecida sólo desde la biblioteca, sino que son los propios usuarios los que producen y difunden a otros usuarios información y opinión a través de las posibilidades tecnológicas que desde las bibliotecas se les ofrecen. Estas nuevas posibilidades de la Web social no suponen el abandono de otros objetivos propios del trabajo bibliotecario.

Las bibliotecas públicas, cada una con sus propias especificidades, seguirán ofreciendo servicios de análisis y clasificación documental elaborados con criterios que posibiliten una adecuada recuperación y uso de la información contenida en su fondo documental, impreso o no, de acceso local o de acceso remoto.

Las bibliotecas han de seguir contando con instrumentos de análisis y gestión documental que posibiliten, por ejemplo, recuperar todas las novelas escritas por un determinado autor, de una determinada lengua, etc. Pero ahora además, con las posibilidades de la Web social, de forma complementaria se pueden ofrecer opiniones, consideraciones y recomendaciones de los lectores y usuarios sobre cada una de esas obras literarias.

Se trata, en definitiva, de seguir manteniendo y hacer compatible y complementario los objetivos de gestión del conocimiento con las nuevas posibilidades que ofrecen las herramientas de la Web social. Como en diferente literatura profesional se afirma, si desde las bibliotecas no ofrecemos estos nuevos servicios de interactividad e intercomunicación entre usuarios serán otros los que acaben ofreciéndolos.

Evidentemente, todos los cambios suponen riesgos e incertidumbres. Ofrecer a los usuarios que libremente participen en Blogs, que opinen sobre libros, que creen comunidades virtuales de usuarios, etc. Supone que en casos concretos y puntuales se pueda hacer un uso inadecuado de estos servicios. Sin embargo, consideramos que se trata de una realidad que hay que asumir y, con la práctica y las experiencias concretas, ir desarrollando criterios que los minimicen tanto como sea posible.

El objetivo 4 de la Línea 3 del III Plan estratégico de REBIUN 2020 también refleja  muy claramente  cual va a ser la labor de la Biblioteca y del bibliotecario  a partir de ahora: “Adaptar los servicios, instalaciones y recursos de información disponibles a las nuevas necesidades de los usuarios potenciando la Biblioteca 2.0. de forma que garanticen el acceso multiplataforma a los servicios y colecciones de la biblioteca.”

Extracto extraído de los temarios de esta academiaacademia auxiliar de biblioteca

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