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Oposita con éxito a bibliotecas

Entendemos marketing o mercadotecnia como el conjunto de técnicas y estudios que tienen como objeto mejorar la comercialización de un producto. En el campo que nos trata, las bibliotecas han realizado actividades de marketing a lo largo de los siglos y han buscado al posible lector allá donde éste se encontrara, para ofrecerle sus contenidos y servicios. El marketing es comunicación y la biblioteca promociona y comunica a través de los canales que a lo largo de la historia ha tenido a su alcance…

Actualmente, las bibliotecas abordan el concepto de marketing de diversas maneras, por ejemplo, asumiendo como tarea bibliotecaria la difusión de los servicios; sin embargo, son escasos los auténticos planes de marketing en ejecución que hagan suponer la consolidación de una auténtica cultura de marketing entre las bibliotecas españolas.

Las investigaciones de los últimos años acerca de la existencia de esta cultura en bibliotecas ponen de manifiesto que se trata de un conjunto de creencias y conocimientos sobre marketing y la implementación de una serie de actividades que convierten la cultura en una práctica orientada al mercado, y llevan a que la biblioteca ofrezca un servicio de mayor calidad que se corresponde con una alta satisfacción de sus usuarios.

En el ámbito español, el que unas bibliotecas estén más enfocadas al marketing que otras se debe a la formación de los profesionales de la biblioteconomía y documentación, que recientemente han incorporado contenidos que proporcionan las bases teóricas sobre el marketing y los estudios de usuarios, que permiten interiorizar esta práctica. Por otro lado, no hay que olvidar que en el ámbito bibliotecario, hasta hace pocos años, no se consideraba relevante realizar este tipo de estudios. Elías Sanz (1994) elaboró el primer manual español sobre estudios de usuarios y Carina Rey (2009) profesora de Biblioteconomías de la Universidad de Barcelona ha publicado artículos sobre esta temática.

El marketing en bibliotecas ya no es una actividad que se realiza de forma esporádica, como venía siendo hasta ahora, sino que debe formar parte de nuestras actividades diarias (Cheney, 2007). Las distintas estrategias de marketing utilizadas hasta el momento han respondido siempre a los cambios en las condiciones socio-culturales, políticas y tecnológicas de cada época. Con la explosión de los cambios tecnológicos que estamos viviendo en el nuevo milenio, especialmente tras el desarrollo de Internet, el marketing bibliotecario presenta ahora nuevos retos pero al mismo tiempo grandes oportunidades, que se describen a continuación:

  • En tiempos de escasez y casi ausencia de información, las bibliotecas eran las únicas que ofrecían acceso a unos recursos bien organizados y conservados. Con el acceso masivo a la información digitalizada y a través de motores de búsqueda y sitios y redes sociales cada vez más intuitivos y móviles, el interés por los recursos de la biblioteca decrece y se está produciendo una competición por conseguir el interés del usuario (la economía de la atención) en su búsqueda de información.
  • Por otro lado, los usuarios han modificado la forma en la que buscan información. Ahora son más autónomos y dependientes del uso de la tecnología y no necesitan la intermediación del bibliotecario ni de la biblioteca.

Hace ya bastante tiempo, en tiempos de escasez y casi ausencia de información, las bibliotecas eran las únicas que ofrecían acceso a unos recursos bien organizados y conservados

La biblioteca ha perdido su papel de principal proveedora de información y se encuentra ante una realidad de la que en parte es responsable, ya que no ha sabido promover, difundir, convencer de sus servicios y atraer a los usuarios. Así pues, servicios como los de Google deberían haber sido inventados por los bibliotecarios.

La biblioteca ha perdido su papel de principal proveedora de información

Las bibliotecas han invertido tiempo y dinero en construir portales web para que sus usuarios puedan acceder a sus contenidos. Sin embargo, la mayoría de estos usuarios no conocen estos recursos y, en muchos casos, se quedan sin utilizar. En la era de Internet, las bibliotecas se han esforzado por desarrollar portales web, que ofrecen información sobre la biblioteca y acceso a los recursos de información y servicios basados en la web. Estos desarrollos tecnológicos se han mantenido durante un tiempo al ritmo de las necesidades cambiantes de los usuarios, que se han visto influenciadas por las innovadoras formas de crear información y diseminarla por Internet. Hoy, el problema va más allá, ya que no basta con mostrar las colecciones y los servicios, si no se tiene un feedback continuo de los usuarios ni se comunican los beneficios que las bibliotecas les pueden ofrecer. La web, en su sentido más amplio, debe ser usada para promocionar los servicios de la biblioteca.

En la sociedad competitiva de hoy, las librerías en línea ofrecen variadas actividades como horas del cuento a los niños, foros de debate sobre libros (uno de los usos más consolidados en el Reino Unido e Irlanda), y charlas con autores. Es evidente que las bibliotecas tienen que usar estas herramientas para cumplir y comunicar su misión.

En tiempos de crisis, además, hay que evaluar minuciosamente los costes de los servicios ofertados y buscar la máxima rentabilidad de las inversiones. Las bibliotecas de todo el mundo han notado los efectos de esta crisis. Sin lugar a dudas, las bibliotecas tienen que hablar de ellas mismas de forma distinta a como lo han hecho hasta ahora: tienen que dar un mensaje positivo que les dé más presencia en la comunidad, en el campus; un mensaje que defina y destaque sus activos y fortalezas. En tiempos de crisis, las bibliotecas deben promocionarse, al igual que sus recursos. El marketing es vital para el éxito y la continuidad del servicio de bibliotecas.

Las iniciativas de marketing que se están llevando a cabo contemplan la divulgación de actividades y promoción de servicios, o la difusión de recursos de información o de eventos especiales, que se incorporan al portal web de la biblioteca, buscando una forma de comunicación más abierta entre la biblioteca y sus usuarios. Pero las nuevas tecnologías y la web social han venido para darle otra dimensión a las actividades de marketing en línea de las bibliotecas, donde su reputación y su imagen de marca están en juego.

El marketing es vital para el éxito y la continuidad del servicio de bibliotecas.

El fin último de toda biblioteca es hacer accesible el conocimiento, lo cual pasa por una correcta DIFUSIÓN de sus fondos, que permita formar, entretener e informar. A ello se dirigen los servicios bibliotecarios, hoy mejorados y ampliados gracias a las NTIC y, en especial, a Internet. Por lo general, las bibliotecas han sabido adaptarse a los tiempos modernos y trabajan día a día para ser más visibles en su entorno, romper barreras educativas y culturales e intentar llegar a todos, sin excepción. Se ha evolucionado de lo que podría denominarse la “biblioteca de los libros” a la “biblioteca de los usuarios”.

La DIFUSIÓN es el tercer elemento o pilar clave dentro de toda biblioteca, tras las necesarias labores de selección y organización de fondos.Debe entenderse como el conjunto de acciones encaminadas a dar a conocer la biblioteca y a poner los medios e instrumentos precisos para que sea apreciada, valorada y disfrutada al máximo por el mayor número posible de usuarios, siempre en igualdad de oportunidades.

Este matiz de igualdad es hoy crucial, ya que el acceso a la información y a la cultura es uno de los derechos más fundamentales del hombre en cualquier sociedad democrática. Las bibliotecas, especialmente las públicas, velan por el cumplimiento de este derecho, erigiéndose, tal y como quedó encomendado en el Manifiesto de la UNESCO de 1994, en puertas abiertas hacia el conocimiento y el progreso así como en fuerzas vivas para la educación. Tales misiones refuerzan esa idea de apertura y atención a los ciudadanos, necesaria para evitar la exclusión social, cultural y digital de los colectivos más desfavorecidos.

Los procesos de automatización e implantación de Internet en las bibliotecas han favorecido como nunca las actividades de difusión y extensión cultural, pues no existe medio más inmediato que la Red para acercar las bibliotecas a aquellos que no pueden acceder físicamente a ellas, ni mejor escaparate que la Web para promocionar sus servicios.

Gracias a los medios tecnológicos actuales al alcance, hoy es posible crear y distribuir mejores contenidos educativos y culturales, ofertar nuevos y avanzados servicios así como complementar los tradicionales ya existentes, todos ellos progresos claramente constatables en los portales bibliotecarios.

Enrique Navas Benito / Dirección / Academia Auxiliar de Biblioteca / Revista Desiderata

Extracto de los temarios de Academia Auxiliar de Biblioteca

academia auxiliar de biblioteca

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