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El bibliotecario y sus cualidades humanas

Además de toda la cualificación técnica que se debe tener para trabajar profesionalmente en una biblioteca, así como la titulación correspondiente, etc. el personal bibliotecario, para ser eficaz, útil y necesario en su labor, tiene que poseer una serie de cualidades «personales», «humanas», muy específicas. Sin ellas, el desempeño del trabajo no será plenamente eficiente. He recopilado para este artículo 25 de ellas. Son estas:

Polivalencia: El bibliotecario del siglo XXI tiene que realizar en el desempeño de su trabajo múltiples funciones diferentes, y eso hace que tenga que convertirse por necesidad en un profesional de la Información y la Documentación polivalente. Habrá que realizar tareas tan diferentes como: Análisis Documental, por ejemplo, a la vez que organizamos actividades de Animación a la Lectura o gestionamos la Adquisición de fondos o ayudamos a un usuario a usar los operadores booleanos en el OPAC.

Curiosidad: El aprendizaje individual o autodidacta, o esa capacidad tan importante de reinventarse como profesional -que es trascendente y necesaria en los profesionales de la Información y la Documentación- nace siempre de la curiosidad. Un buen bibliotecario tiene que poseer esta característica.

Iniciativa: Qué duda cabe que ser bibliotecario no es un trabajo cerrado, matemático. Cualquier iniciativa del profesional de las bibliotecas será seguramente altamente beneficiosa para éstas; llámese a nivel tecnológico, de señalética, en cuanto a la atención al usuario, estadísticas, estándares, Análisis Documental… El bibliotecario no puede ser una persona sumida en la rutina. La iniciativa es necesaria.

Empatía: Si no tenemos la habilidad de detectar las necesidades y sentimientos de nuestros usuarios, perderemos toda efectividad como intermediarios.

Habilidad social: La biblioteca es un lugar de encuentro y el bibliotecario tiene como una de sus principales funciones conectar con las personas que acuden a la biblioteca. En primer lugar, en condición de «representante o relaciones públicas de la misma»; también como consultor y asesor; como conciliador en conflictos; como receptor de quejas, etc. un bibliotecario profesionales debe tener habilidades sociales.

Google y la biblioteca

Los bibliotecarios son una fuente inagotable de respuestas

Asertividad: El representante directo, el conector de una entidad/institución con el usuario, debe ser asertivo en su comportamiento por su propio beneficio y por la imagen de la biblioteca, transmitiendo además con su asertividad confianza al visitante.

Alta capacidad comunicativa: El bibliotecario es casi un asesor/comunicador. Su faceta de atención al usuario es vital, enorme. Un bibliotecario tiene que formar e informar, su capacidad comunicativa debe ser alta.

Alta capacidad resolutiva: Somos buscadores de soluciones, en esencia. Casi todo nuestro trabajo, o gran parte de él, va a basarse en resolver «problemas», dudas, etc. Y no tendremos, en ocasiones, mucho tiempo; por eso debemos ser resolutivos y para ello debemos conocer las herramientas necesarias y conocer la colección de la biblioteca, sus instalaciones, etc.

Alta capacidad de liderazgo: Somos la cara visible de la biblioteca, por lo tanto tenemos que sentirnos y actuar como líderes.

Imaginación: La necesidad, como dice el refrán, agudiza el ingenio. Las necesidades y las preguntas y demandas de los usuarios son tan variopintas, que para resolver algunas tendremos que echar mano de la imaginación. Por otro lado, para dinamizar la biblioteca y para promocionar sus servicios y su colección, pese a que hay ciertas reglas establecidas, en realidad la imaginación del bibliotecario va a jugar un papel muy importante.

Paciencia: El usuario, a veces, no sabe lo que quiere… está confuso… ya sea un ciudadano, un profesor, un investigador, un niño, etc. y, por otro lado, también nos vamos a encontrar a usuarios con dificultades en el uso del lenguaje oral, o sordomudos, o simplemente personas que no hablan nuestro idioma: debemos ser pacientes.

Sensibilidad: !!Un bibliotecario es también un humanista!! (y mucho más). Aunque ya seamos híbridos y confusos profesionales polifacéticos y ha quedado claro a través de la Comunidad Bibliotecaria que la biblioteca actual (Mediateca) es mucho más que una colección de novelas (como podría fantasear alguien neófito en la materia), y existen unas competencias tecnológicas importantísimas que se deben tener, un bibliotecario siempre tendrá que albergar conocimientos y sensibilidad para evaluar literatura, cine, obras de arte, etc. Por otro lado, «sensibilidad» en cuanto a la percepción fácil y necesaria de los sentimientos del resto de compañeros y el público al que atendemos.

Perfil comercial: Estamos en el siglo XXI; la biblioteca sufre de invisibilidad crónica; tenemos servicios que ofrecer pero hay que promocionarlos; el marketing es ya una disciplina importantísima en bibliotecas, así que el bibliotecario actual tiene que ser un vendedor… sí, sí, como lo oyen, un vendedor.

Orientación al cliente: La razón de ser de una biblioteca, del tipo que sea, incluso de las más conservadoras, es el usuario. Por eso, no podemos olvidarnos de que ellos son el motor de nuestro trabajo.

Sentido autodidacta: La de profesional de la Información y la Documentación es una profesión en constante cambio, transformación, readaptación, etc. Debemos reinventarnos continuamente, aprender y, si hace falta… volver a aprender. Esa capacidad de hacerlo por nuestra cuenta, de ser autodidactas, es vital.

Conocimiento: La pasión por el aprendizaje y la búsqueda constante de conocimiento les permite estar al día con las últimas tendencias en biblioteconomía y ofrecer información actualizada a los usuarios.

Organización: Una habilidad esencial para mantener el orden y facilitar el acceso a la información en el entorno bibliotecario.

Creatividad: La capacidad de pensar fuera de lo convencional para abordar problemas y encontrar soluciones innovadoras que mejoren la experiencia de los usuarios.

Adaptabilidad: El mundo de la biblioteconomía está en constante cambio, por lo que la adaptabilidad permite a los bibliotecarios ajustarse a nuevas tecnologías y tendencias.

Iniciativa: La voluntad de tomar la iniciativa para mejorar los servicios y recursos de la biblioteca, ofreciendo experiencias enriquecedoras para los usuarios.

Ética profesional: Una sólida base ética es esencial para garantizar la confidencialidad y el respeto hacia los usuarios, así como para mantener altos estándares de integridad en su trabajo.

Vocación de servicio: El deseo genuino de ayudar y facilitar el acceso a la información, fomentando la cultura y el conocimiento dentro de la comunidad bibliotecaria.

Resolución de problemas: Los bibliotecarios deben ser capaces de abordar desafíos y obstáculos que puedan surgir en el funcionamiento diario de la biblioteca. La habilidad para identificar problemas y encontrar soluciones efectivas es esencial para mantener un servicio eficiente y de calidad.

Trabajo en equipo: La colaboración con otros profesionales de la biblioteca y la disposición para trabajar de manera conjunta con colegas en proyectos y actividades fortalece el ambiente laboral y permite alcanzar objetivos comunes, beneficiando así a los usuarios y la comunidad en general.

Inteligencia Emocional: Es muy importante tener IE si atiendes al público. Hemos mencionado la empatía, pero hay muchas más destrezas emocionales. Un bibliotecario con Inteligencia Emocional multiplica la efectividad en la atención al usuario.

Enrique Navas Benito / Academia Auxiliar de Biblioteca

academia auxiliar de biblioteca

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