Bibliotecas escolares al servicio de las familias | Universo Abierto

Suecia ocupa el noveno puesto en el informe PIRLS de comprensión lectora, pero ha decidido paralizar la digitalización en sus aulas. Durante meses, el país ha debatido y puesto en cuestión el papel de los ordenadores y las pantallas en el ámbito escolar. Fue el 15 de mayo cuando la ministra de Educación del gobierno conservador, Lotta Edholm, dio a conocer su decisión acerca de suspender la estrategia de digitalización aprobada por la agencia Nacional de Educación en el mes de diciembre…

Esta misma semana, dos días después de la publicación del Informe PIRLS de comprensión lectora, un total de 200 investigadores españoles han firmado un manifiesto en defensa de las bibliotecas escolares y el acceso a las lecturas en papel. Todo comenzó con cuatro investigadores, dos procedentes de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y los otros dos de la Universidad de Valencia.

Gemma Lluch, catedrática de filología catalana de la Universidad de Valencia y una de las pioneras en participar en este manifiesto, opina que los cambios deben realizarse con información sobre el tema a tratar, «no se pueden llevar a cabo las políticas educativas sin tener en cuenta los datos», ha añadido. «En España hay muchos datos sobre la educación y la lectura y somos varios grupos de investigadores que trabajamos en este tema», índice la catedrática de filología.

«Las familias son el primer mediador de lectura»

No solo los niños o los más jóvenes son los únicos que desarrollan una adicción a las pantallas, los adultos también se ven afectados por estos dispositivos, alterando su comprensión lectora. Un problema que acaba afectando a los más pequeños en casa, «ya que las familias son el primer mediador de lectura y esto tiene una importancia básica, en este tema suspendemos bastante en España», ha apuntado Lluch.

«Las familias tienen que saber leer en voz alta a los niños»

Según los datos ofrecidos por el Ministerio de Educación, el 81% de las bibliotecas escolares españolas tiene un buen funcionamiento, pero solo el 43% permite el acceso a las familias. Lluch pone el foco en lo que asegura que es una cuestión fundamental, el acceso de las familias a estas bibliotecas. «No olvidemos que las aulas la conforman los estudiantes, docentes y las familias. Las familias tienen que saber leer en voz alta a los niños», apunta la profesora de filología.

Lluch comenta que «una biblioteca escolar no es solo un edificio de ladrillos y estanterías, es un espacio de conocimiento, de tejer conversaciones y de tejer entre las diferentes asignaturas». Remarca que el área de lengua y literatura no es la única que se ve afectada por la lectura, «la lectura es importante para todo» y resalta que por este motivo «los 200 investigadores españoles que han firmado el manifiesto preceden de diferentes áreas».

Fuente: cadenaser.com

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